martes, 6 de abril de 2010

PARTE V – PRIMERAS SEMANAS EN GIJON

Durante varios fines de semana, fuimos quedando las dos familias, para ir a diferentes sitios, los lagos, la playa… y todos esos días que pasamos todos juntos, se fue acentuando nuestra amistad, y nuestros pequeños momentos a solas. Nos conocimos mucho, hablamos mucho, estábamos mucho juntos, contándonos nuestras cosas. A ella le encantaba el teatro, se había hecho algunas sesiones fotográficas, y me las enseñaría.


En esos días descubrí, que tenia algo en común con mi primo, a los dos nos gustaban las artes marciales, el hacia Kunfu, y yo hacia Taekwondo, pero claro al final se convirtió en rivalidad, pues cada uno decía que lo que el hacia era mejor. (Tonterías de niños-adolescentes).

Hacia mitad del verano, empecé a pasar muchos días en la ciudad, ya que yo vivía en un pueblo a 2 horas de casa de mis primos. Me quedaba a dormir en casa de mi entrañable, muy lista, y siempre picarona abuela.

Acompañe en varias ocasiones a mi primo, a diferentes lugares, estupendos museos, entrañables bibliotecas, e iba a verle a sus clases de Kunfu, y me ofrecieron, pues como pasaba muchos días en verano por allí, que me apuntara con el, pero no, no estaba muy decidido yo, me gustaba mas la forma de divertirse de mi prima, además, yo quería buscar un gym de Taekwondo, que era lo que realmente me gustaba.

Así que buscando y buscando, no encontré… pero me tope muy cerca de casa de mi abuela, un gym de Jetsetkendo, el arte marcial de mi ídolo Bruce Lee, no me lo pensé, y el mes de agosto, me apunte, mientras localizaba un gimnasio de mi especialidad. Con este paso y mi pelo largo, empecé a destacar como un poco, rebelde, ya que todos querían que me apuntara con mi primo, y yo hice lo que yo quería, no consiguieron que me cortara el pelo y me apuntara al gym de mi primo, y creo que ya empecé yo criar una inmerecida mala fama.

En esos días, empecé a notar que mi prima le gustaba estar con nosotros, quizás si yo iba de visita, ella ese día no salía con sus amigas, o regresaba pronto y nos íbamos todos a diferentes lugares. Nuestra complicidad creció, y empezamos a compartir secretos.

Lo que mas nos gustaba era compartir letras de canciones. Y yo que empezaba a pensar que mis sentimientos, estaban siendo un poco correspondidos. Le copie en un folio una canción de mi grupo preferido. Lo que más me gusto cuando la leyó en el salón de su casa, es que a ella también le gusto, y cuando la termino de leer, se hizo un pequeño silencio, y creo que ella se dio cuenta en ese momento, que esa canción, era lo que yo deseba gritarle… Me miro con una sonrisa nerviosa, y se hizo una vez más, el más bello de los silencios entre nosotros.

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